EL ARADO

EL ARADO

Junto al manejo de la vid, el suelo también requiere sus atenciones y cuidados. Con las diferentes labores, el viticultor persigue la eliminación de las hierbas que salen, la mejora en la infiltración del agua de lluvia en el suelo y reducir las pérdidas de agua por capilaridad.

La disposición de las cepas impide muchas veces, tanto por el espacio entre hileras como por la disposición de los terrenos, el libre paso del arado. Cuando el intercepa y el arado no son suficientes hay que «echar pie a tierra» y cavar alrededor de la cepa.

Y como bien dice el refrán: «CAVA BIEN TU VIÑA Y TENDRÁS BUENA VENDIMIA»

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