Uno de los trabajos artesanos que mayor relación ha tenido con el vino ha sido el derivado del tratamiento del cuero, labores realizadas por los boteros y pellejeros.
Como materia prima en este oficio se utilizan las piezas de cabra, con preferencia la del macho cabrío castrado. Este oficio que requiere pocas herramientas, basta con unas tijeras, una lezna, una guadaña, un fuelle y un botanero. La fabricación comienza con la labor de desollar la piel, procurando sacarla entera. Posteriormente se sala y se espera a que llegue el momento adecuado para trabajarla. Después hay que sobarla y darle la vuelta dejándole el pelo por fuera, que luego será trasquilado para que la pez agarre bien. El siguietne paso está relacionado con la costura. En esta labor, cada botero sigue una técnica distinta, prácticas que enriquecen el oficio y dan peculiaridad al trabajo de cada artesano. Concluida ésta, se da la vuelta al pellejo, se infla y se pone tenso, espolvoreándolo con yeso blanco para raspar la piel a continuación con una guadaña y quitarle la grasa. el siguiente paso es la adición de la corteza de pino molida o encina machacada y agua dejando el pellejo con esta mezcla durante veinte o treinta días. A su término se le da una nueva vuelta y se le echa la ez muy caliente, dándosele vueltas hasta que se impregne bien. Esta pez suele estar elaborada con resina de pino cocida con aceite de oliva. La boca de madera se denomina brocal y es atada a la piel con las botanas.
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