El año pasa rapidísimo, ya es Navidad de nuevo. Es la fiesta más mágica, en la que nos reunimos con nuestra familia más querida tratando de fortalecer, aún más, los vínculos que nos unen. Aunque no todo tiene porqué ser tan idílico. Ayer mismo saltó la noticia de que a la mayoría les cambia la cara sólo con la perspectiva de las reuniones familiares, lo cual no entiendo en absoluto, ya que no es obligatorio pasarlo mal, y menos en Navidad, pero…allá cada quien. Para acompañar los sentimientos positivos de tus reuniones (y para rebajar los que no lo son) no olvides incorporar el vino en tus comidas y cenas especiales. El vino contribuye a facilitar la conversación, la sonrisa, la complicidad y en resumen a hacer de estas fechas un momento más placentero. El vino bien entendido facilita las relaciones y hace feliz a los que te rodean.
Si lo organizas en tu casa crea un ambiente de fiesta y de unión, en dónde no falte una buena mesa y un buen maridaje. El vino compartido es el vino disfrutado y el que se degusta en un entorno relajado, con las personas que quieres y aprecias siempre te dejará una percepción muy positiva. Así que ya sabes, ponte tu mejor sonrisa, que la Navidad es una vez al año, DISFRÚTALA!
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