Cuando llegan los primeros fríos, surge la duda del viticultor sobre cuál es el mejor momento para podar la vid.
De forma general, se puede afirmar que el período más adecuado es cuando la planta está en reposo, entre la caída de la hoja, aproximadamente en el mes de noviembre y el momento de la brotación, al inicio de la primavera. Y siempre debe realizarse en el período de dormición de las yemas latentes.
¿Cuándo se poda la vid?. Aún podando dentro del período de reposo vegetativo, son varios los motivos que tiene el viticultor para podar antes o después, pero pocos los efectos que se producen en la planta según sea la poda temprana (noviembre) o tardía (febrero-marzo).
Con la poda tardía, el consiguiente retraso en la brotación, si se realiza de forma puntual y no continuada a lo largo de los años, sería interesante para lograr evitar los daños que causarían las heladas primaverales en las plantas recién brotadas, y principalmente en plantas jóvenes.
Cuando se dispone de poca mano de obra y muchas plantas que podar, el agricultor programa la poda desde noviembre para poder terminar la labor antes de primavera, teniendo en cuenta que sobre las plantas que han sido podadas un año de forma temprana, debe realizarse esta labor al año siguiente de forma más tardía y viceversa.
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