Los últimos inviernos suaves y cortos han supuesto en algunas zonas cálidas un problema puesto que la viña no ha descansado lo suficiente y eso provoca una menor brotación de las yemas (hasta un 50 % menos). Se calcula que aproximadamente para que haya una brotación normal la planta debe descansar unas 500 horas por debajo de 5ºC. Si no es así, la viña estaría agotada porque no ha descansado lo suficiente y el crecimiento, tanto en la parte vegetativa como en la reproductiva se podría ver resentido y empeorar.
Esto explica también porque no se cultiva viña en climas tropicales, no hace frío, la viña no descansa y se acaba agotando su producción. Se puede cultivar uva de mesa, pero no de vinificación.
Frío en invierno y calor en verano, eso es lo sano.
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