Hoy quiero compartir contigo esta pequeña reflexión sobre la relación que mantiene el vino con la cultura y otras disciplinas artísticas. Hay mucho de romanticismo en el mundo del vino, mucho ritual. Alumbrar un buen vino requiere de un enorme talento, además del esfuerzo y del conocimiento imprescindible, sin olvidar siempre el amor por el arte de elaborar y la confianza firme en lo que puedes obtener con la riqueza que la tierra te ofrece. Además el vino multiplica las disciplinas artísticas en su creación o en su celebración. No se trata de emborracharse para crear, que es el tópico de antaño, sino de acompañarse con un vino. El vino en su justa medida no sólo acompaña bien, sino que hace todo más agradable.
El vino es esencial en mi vida ¿Y en la tuya?. Disfrútalo y siente lo que te transmite, verás como caerás rendido a este placer.
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