¿Qué importancia tiene saber de vinos?. Sencillamente la misma que saber de náutica, informática o música clásica. Sin embargo, dada su importancia en la historia del hombre, saber de vinos es algo fundamental para las relaciones humanas. Por ejemplo, en los países nórdicos se suele acompañar la comida con agua mineral, pero después de la misma se descorcha una botella de vino y se degusta, siendo a veces éste el leit motiv de la reunión. El vino no es sólo un producto nutritivo, sino también es un catalizador de las relaciones humanas; tiene un aspecto lúdico y por tanto, cultural.
El ambiente, la situación y el estado de ánimo son factores determinantes a la hora de emitir una opinión sobre un vino. Otro factor que debe tenerse en cuanta es el aspecto visual de la botella. Siempre asociamos una bonita vestidura con un buen vino. Es importante que tampoco nos dejemos influenciar en exceso por el envoltorio.
La práctica como forma de autoeducación es la manera más fácil de conocer los vinos. Y nada mejor que la degustación como ejercicio para iniciarse. Es aconsejable recoger las propias impresiones anotándolas en un cuadernillo. En general, la degustación es una práctica divertida para las personas de fina sensibilidad, capaces de apreciar el amplio abanico de colores, olores y sabores de los vinos.
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