Hoy escuchar Mariscal, es asociarlo irremediablemente al vino.
Sucede que este producto tan aferrado a la tierra, más allá de saciarnos la sed, es patrimonio de muchas culturas. Recorrer el mundo del vino no sólo se trata de transitar viñedos y visitar bodegas sino también de conocer historias y descubrir a sus protagonistas. En cualquier rincón donde se haya plantado una cepa existen nombres que merecen ser rescatados por el simple hecho de promover esta bebida tan noble. Familias que han luchado y enfrentado diversas contingencias con el único fin de asegurar que el vino siempre esté en la mesa. Familias, como la nuestra, con la decisión de progresar y marcar a fuego su legado aún vigente en manos de nuevas generaciones.
Hoy, a más de 100 años de sus primeros vinos, la esencia de la familia Mariscal sigue viva en la 4ª generación, que se encarga de llevar el timón de una de las bodegas más representativas de la zona. Calidad y tradición son algunos de los pilares de su filosofía de trabajo, que hoy, bajo el nombre de Bodegas Mariscal, continúa siendo sinónimo de grandes vinos.
Somos viticultores y elaboradores desde hace décadas y estamos comprometidos personalmente en cada uno de los procesos productivos. Nos enorgullece poder hacer aquello que amamos y en lo que creemos.