El vino es un producto de fermentación que contiene alcohol que está combinado con numerosas sustancias que compensan sus efectos negativos. Este alcohol, tomado en pequeñas cantidades, puede ser utilizado perfectamente por las enzimas de nuestro organismo. Un litro de vino contiene 80 gramos de alcohol puro y una botella de 750 ml unos 60 gramos. Nuestro hígado tiene capacidad enzimática para transformar diariamente 30 gramos de alcohol etílico en el caso del hombre, y un poco menos en el caso de la mujer, es decir, poco más de dos vasos al día, o media botella de tres cuartos. Es una cantidad diaria que los expertos consideran beneficiosa.
Numerosos trabajos publicados en prensa médica internacional vienen a poner en evidencia la «paradoja francesa». Los franceses a pesar de consumir cifras de grasas tan altas como los ingleses o americanos, y de sufrir en la misma medida las consecuencias del tabaco y la hipertensión, tienen unas tasas coronarias inferiores, ya que consumen de forma regular y moderada vino tinto, mientras que los demás se inclinan más por la cerveza o los alcoholes de destilación de alta graduación.
Bebe vino moderadamente, es una buena forma de completar tu dieta mediterránea.
Add Comment