Las sensaciones táctiles también acompañan a la cata, así pues la temperatura puede alterar el normal estado del vino falseando los resultados; el gas carbónico acentúa la astringencia de los vinos disminuyendo el carácter agradable, por la sensación de sequedad; y la textura es la sensación que produce la fluidez y la untuosidad en boca siendo el broche final.
En el examen gustativo podemos encontrar las siguientes fases:
*ATAQUE: sensación instantánea que notamos en la boca a partir de un pequeño sorbo. Dominan los sabores dulces y puede resultar suave, punzante o agresivo.
* PASO EN BOCA: se percibe al distribuir el vino por toda la boca. Dominan los sabores ácidos y amargos y se define como ligero o amplio.
* POSTGUSTO: sensación que se mantiene en boca habiendo desaparecido el vino. Es corto o largo, y en él dominan los sabores amargos.
En boca apreciamos el cuerpo del vino. Los vinos con poco cuerpo y poca estructura se percibirán ligeros en paso de boca. En cambio resultarán amplios los vinos estructurados con multitud de matices.
La acidez puede hacernos apreciar en un vino una sensación cortante o picante. Los taninos mostrarán su astringencia, una sensación que irá acompañada de una nota de amargor en el fondo de la lengua. Un vino será sólido, fuerte, estructurado, si lleva suficiente tanino. El exceso mostrará un vino duro, tosco, rudo.
Según la vinosidad (contenido de alcohol) encontraremos un vino vigoroso y robusto o pobre y ligero. También cálido o ardiente, pudiendo llegar a resultar alcohólico y cabezón…
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