El sector vitivinícola es un capital que conviene conocer, preservar y valorizar, si queremos perpetuar la cultura del vino, una de las más importantes que tiene España, pues hay que recordar que es el primer país vitícola del mundo.
El paisaje vitícola es cultura, puesto que tiene una larga historia. La ambivalencia de que el paisaje agrario sea un bien de valor cultural, a la vez que un espacio de producción, solo se puede entender si se posee una visión culturalista del paisaje.
Actualmente se considera que la conservación del paisaje es de interés general porque permite conservar el medio ambiente (evitando incendios, erosión, abandono…), las prácticas culturales de una comunidad (las fiestas, las tradiciones…) y fijar los habitantes en las zonas rurales al crearse empleo.
A los que conocéis Mondejar ¿Podéis imaginaros nuestros campos sin el verdor de sus viñas en primavera?.
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