La poda en verde es una de las principales acciones a desarrollar sobre el cultivo de la vid. Se realiza en primavera, normalmente a finales de mayo, cuando los pámpanos han crecido, han brotado las yemas de las cepas y nos encontramos en un periodo libre de heladas. Los brotes en este momentos son tan pequeños y recientes que las heridas que provoque el corte serán mínimas y la planta reaccionará facilmente.
Consiste en dejar un número fijo de sarmientos por pulgar, normalmente dos. El objetivo es eliminar la carga sobrante de la planta y mejorar así su rendimiento y calidad de la uva. La fuerza nutricional se concentra, al ser menor el número de brotes, y se alimenta con mayor eficacia. Se trata de corregir un desequilibrio vegetativo-productivo con lo que se conseguirá un mejor reparto de los frutos, se incrementará la porosidad, la penetración de los productos y la maduración de la uva, además se reducen los costes de la próxima poda.
Otra de las ventajas de realizar la poda en verde es facilitar los trabajos de laboreo de la viña. Se aumenta la superficie de insolación útil y se limita el número de racimos por cepa. Además las operaciones en verde permiten intervenir en la formación y mantenimiento de la conducción de la planta en espaldera aportando la forma conveniente.
Es una labor que se realiza de forma individualizada, teniendo en cuenta las características de cada variedad y las condiciones meteorológicas de cada añada.
En definitiva, mantiene la planta más sana.
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