Para realizar el decante conviene situarse en un lugar muy luminoso con un fondo claro (mantel blanco), para poder ver el fondo de la botella y el cuello del decantador. También se puede emplear una vela que nos ayude a ver con mayor claridad.
La botella debe llevar de pie un mínimo de dos horas (mucho mejor si está desde la víspera). Una vez iniciado el transvase, no interrumpirlo hasta concluir el proceso. Hacerlo lentamente, sin prisas, para que el precipitado no se altere.
Si estamos ante un vino de gran edad, hacer que el líquido resbale suavemente por las paredes del decantador, con el fin de limitar la oxigenación al máximo. Si lo que buscamos es oxigenar el vino y éste no presenta poso, buscaremos una frasca de gran tamaño y el transvase se hará enérgicamente, para que el líquido golpee contra el vidrio y potenciemos el resultado.
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