Aunque parezca increíble en el vino no sólo encontramos aromas a frutas, frutos secos, aromas herbáceos. Como producto natural que es, en ciertos momentos nos aportará aromas tan peculiares como estos:
* TIERRA MOJADA: también definido como olor a bosque, a campo. Es un olor rico y terroso asociado a los tintos maduros y con cuerpo. Se encuentra muy comúnmente en la variedad cabernet sauvignon.
* TABACO: también lo encontramos en la variedad cabernet, aunque lo normal es que este tipo de aromas provengan de la barrica en la que el vino fue envejecido. El resultado es un olor a tabaco que incluso nos recordará a la apertura de una caja de puros.
* HUEVO PODRIDO: es uno de los defectos más frecuentes y más desagradables en los vinos. Es muy fácil de identificar y sobre todo suele darse cuando el vino no ha realizado correctamente la maloláctica, es decir, la conversión del ácido málico en láctico lo que provocará, además de su olor, un carácter astringente.
* CUERO: son aromas relacionados con los vinos envejecidos en barrica, con evolución en botella y de mucha edad. Los matices pueden ser cuero salvaje o marroquinería.
* EUCALIPTO: se distinguen notas igualmente en los vinos de la variedad cabernet. No son habituales y normalmente son muy sutiles, pero si fueran intensos, contribuirían a una bajada de calidad.
* ROSAS: es uno de los más agradables del vino. Es propio de la variedad moscatel.
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