Las hojas de las vides viníferas tienen siempre cinco lóbulos, separados por senos más o menos profundos, según las variedades; en las especies e híbridos de savia americana las hay también enteras, es decir, sin senos o con ellos apenas marcados.
En todo el contorno de los lóbulos de la hoja se marcan dientes, cortos o largos, agudos u obtusos, de bordes rectos o curvos, etc, según la especie y variedad de la vid de que se trate.
El color puede ser verde claro, verde gauco, verde muy oscuro, etc. La superficie es a veces lisa o bien rugosa, ondulada, abarquillada o ampollosa. Al describir una hoja de vid no debe prescindirse del dato de la mayor o menor abundancia de pelo o borra en el envés de la hoja, pelusa que en algunas especies americanas existe también en el haz o cara superior.
En cuanto al tamaño de la hoja varía mucho para una misma clase de cepa según la frescura y fertilidad del terreno en que vegeta, pero cabe distinguir la tendencia a producir hojas pequeñas o grandes.
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