El vino se parece al hombre: nunca se sabe hasta qué punto se le puede apreciar o despreciar, amar u odiar, ni cuantos actos sublimes o crímenes monstruosos es capaz de realizar. No seamos entonces más crueles con él que con nosotros mismos y tratémosle como a un igual.
BAUDELAIRE
¡Feliz viernes!
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