EL COMIENZO DEL VIDRIO EN EL VINO

EL COMIENZO DEL VIDRIO EN EL VINO

Navegadores fenicios dejaron en cierta ocasión unas hogueras encendidas durante toda la noche, construidas con piedras de carbonato de calcio sobre la arena de la playa. Al despertarse por la mañana descubrieron que por la acción del calor se formó durante la noche un líquido transparente alrededor de las fogatas.
Aquello les pareció tan maravilloso que se pusieron a investigar y fue así como descubrieron el vidrio. Este sorprendente descubrimiento procede de unos 12000 años antes de la era cristiana.
Durante varios siglos las piezas de vidrio eran un auténtico lujo, señal de status y de poder. Utilizado en principio por las clases más pudientes en sus banquetes, los comerciantes y consumidores empezaron a reclamar el vidrio porque suponía más ventajas para el almacenamiento y transporte de los vinos y licores.
Además antes del vidrio, el vino estaba más expuesto a la oxidación y debía consumirse con mayor celeridad, lo que suponía un problema.
Aquellas primeras botellas eran muy distintas a las actuales, su aspecto obedecía a la forma más sencilla que podía obtenerse en el soplado del vidrio; eran redondeadas casi rechonchas y de cuello corto. Eran botellas de color verde oscuro debido a las impurezas sin perfeccionar del vidrio, punto que resultó inesperadamente beneficioso para la conservación del vino al protegerle de la excesiva luz.

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