Con el final del verano se extiende por toda España la fiesta de la vendimia. El vínculo entre la uva, el vino y la divinidad es innegable. La vendimia es el reducto de ritos relacionados con la recolección y con veleidades como Perséfone o Adonis. La vid era el décimo árbol sagrado del año y le correspondía el mes de Septiembre y la vendimia. Era una fiesta relacionada con la alegría y la embriaguez, pero también con la muerte. Dionisos, como otras divinidades, Adonis u Osiris, pasaban de la muerte a la vida, simulando de esta forma la regeneración de la naturaleza y el nacimiento de las simientes.
El mito cuenta con algunas alteraciones como Dionisos, hijo de Zeus o Júpiter, fue muerto por los Titanes, los cuales despedazaron su cuerpo. De la sangre de Dionisos surgió un granado, el cual sería su árbol. Su fruto maduro se abre como una herida y muestra una simiente roja. Es por ello símbolo de muerte y resurrección.
La historia de Dionisos expone la difusión del culto de la vid en Europa, Asia y Norte de África. El vino no fue inventado por los griegos, sino que los primeros viñedos proceden del Mar Negro.
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