Los expertos en enología cuentan que el formato Magnum (1.5 l) favorece el envejecimiento del vino más lento y armonioso debido a la mayor capacidad del recipiente. Por lo tanto los vinos tendrán mayor uniformidad y estabilización, favoreciendo una mayor longevidad.
También favorece los matices del vino. Como la cantidad de oxígeno disminuye en relación con el líquido, el proceso de evolución del vino se aminora y sus virtudes aromáticas y gustativas se multiplican.
Hay informes que afirman que la velocidad de evolución en un vino es inversamente proporcional al tamaño de la botella, por ejemplo en una botella de 3/8 de litro el vino envejece al doble de velocidad que en una de ¾ o en una Magnum. Esto es positivo para los vinos de calidad con capacidad de mejorar, especialmente en Reservas y Grandes Reservas, garantizando una vida más larga.
Las botellas Magnum son menos susceptibles a los cambios de temperatura, son ideales para compartir en cenas con familia o amigos, no dejan indiferente a nadie en una mesa y tienen un componente de exclusividad muy alto.
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