Para el cultivo de la vid es muy importante tener en cuenta el sistema de conducción, así como el marco y la densidad de plantación, algo que ha cambiado sustancialmente con el tiempo.
La conducción del viñedo puede hacerse en vaso, corto o largo, la forma tradicional de hacerlo en todo el mundo hasta parte de la segunda mitad del siglo XX, o en sistemas de tutores y espalderas, además de los tradicionales emparrados. Los apoyos más comunes en viticultura son las espalderas verticales simples, en V o en U, que pueden ser en desarrollo ascendente de los pámpanos, con desarrollo ascendente y descendente de pámpanos, en cortinas simples o dobles de desarrollo descendente de los pámpanos, en empalizadas horizontales o parrales, y empalizadas o varandas.
El sistema de espaldera se está imponiendo sobre el tradicional en vaso en casi todas las instalaciones modernas, aunque requiere una mayor inversión y un mayor hídrico.
Los emparrados, por su parte, se reservan a regiones cálidas meridionales, en viticulturas tropicales y en vendimias muy tardías.
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