Entre los numerosos refranes vinculados a los trabajos y los días, encontramos este relativo al esperado momento de probar el vino: “Por San Martín (11/11), abre la espita al tonel y bebe de él». El fin de la vendimia trae el primer vino, y en los tiempos regidos por el calendario agrícola ello era celebrado con júbilo. Hoy la nueva cosecha sigue siendo un motivo de anuncio, pero encuadrado más en una estrategia publicitaria.
El vino ha dejado de ser, por lo general, un producto de temporada, ya que puede encontrarse en los comercios todo el año, aunque sus ventas y consumo, como la mayoría de productos, siguen teniendo oscilaciones estacionales.
Esta presencia ininterrumpida ha venido acompañada de una compleja y reglamentada red comercial cuyo último eslabón es la venta al público, sea en la bodega, en tienda especializada y en gran superficie. Este último tipo de establecimiento no es del todo bien visto por el aficionado, pero ha logrado configurar una amplia clientela gracias a la diversidad de la oferta, y a los precios competitivos.
A la venta en grandes superficies se contrapone el fenómeno de la venta directa en la propia bodega, que está cobrando auge y dando unos excelentes resultados.
El origen es el factor que suele dar más pistas sobre un vino; por ello un buen punto de partida es conocer las regiones vitivinícolas del mundo, los estilos de vino que predominan en ellas y sus gustos. Una vez se consigue establecer la conexión entre el gusto personal y su expresión oral todo es más fácil. Acude a tu Bodega, explícanos lo que te gusta y déjate aconsejar, para poder ir entrando poco a poco en este mundo fascinante que seguro te va a seducir.
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