CONTRA VIENTO Y MAREA

CONTRA VIENTO Y MAREA

Corren tiempos difíciles para el campo. Al revuelo que estamos viviendo en estos tiempos hay que sumar la dificultad que existe para incorporar al sector gente joven con vocación agrícola. Se necesitan más jóvenes que apuesten por el campo y que confíen en la supervivencia de las viñas de las que antes vivieron y trabajaron sus padres y sus abuelos.

Sentimiento de pertenencia, pasión por el trabajo a pesar de su incuestionable exigencia y confianza en una tierra son los argumentos que los que se quedan en el pueblo alegan para seguir con la labor familiar. Algo tiene el campo que engancha, a pesar de los inconvenientes que existen y de los que se avecinan. En cuatro años se han incorporado al campo de Castilla La Mancha 2660 jóvenes agricultores y lo mejor, un tercio de ellos son mujeres.  El futuro del campo radica en ayudar a todos los que quieren apostar por este mundo. La inversión en recursos tendrá que ir ligada a un gran esfuerzo, pero sin duda merecerá la pena. Los viticultores tienen que dar valor a la viña, protegiéndola y haciendo de ella su seña de identidad. Es el origen del vino, dónde todo comienza.

Nadie puede predecir el futuro de un sector entero, pero el campo siempre estará ahí y forma parte de algo tan importante como el medio de alimentación de las personas. Todos comemos de la agricultura y la ganadería , se atravesarán vaivenes, pero es imposible que desaparezca.

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