Los vinos blancos han demostrado que pueden acompañarnos en cualquier estación, pero es durante el verano cuando parece que las altas temperaturas nos animan a disfrutarlos aún más. Vinos frescos y fáciles de disfrutar, pero no por ello menos complejos en matices. A continuación te ofrecemos un par de opciones muy apetecibles para dar luz a este inusual verano, que también querrás seguir disfrutando cuando termine la época estival.
Es sin duda la joya de la DO Mondéjar. Este torrontés 100 % procede de nuestras viñas desde tiempo ancestral y eso ya lo convierte en único. Esta añada destaca especialmente por una nariz muy perfumada, una boca elegante con gran presencia de fruta y una gran complejidad ofreciendo un perfil cambiante de sabores y aromas según se va abriendo en la copa. Es capaz de complementar cualquier plato veraniego e incluso elaboraciones más invernales.
Un concepto diferente. Se trata de un mosto parcialmente fermentado de baja graduación alcohólica que no deja de ganar adeptos. Es un producto muy fresco, untoso, goloso, con aromas de flores y frutas blancas, redondo y apto para acompañar cualquier momento del día.
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