Hemos sufrido en los últimos días el efecto de “Filomena”, una borrasca que ha dejado un gran temporal de nieve sin precedentes, a su paso por nuestra querida tierra, así como unas paisajes espectaculares.
Esto, que no es ni mucho menos normal por nuestra zona, nos hace preguntarnos ¿Cómo afecta la nieve a los viñedos?. Pues vamos a tratar de explicarlo brevemente, no sin antes asegurar que la vid es una planta increíblemente resistente.
En primer lugar, tenemos que decir que depende mucho del momento en el que se produce la nevada. La vid en invierno, está dormida. Toda la savia se encuentra en las raíces. Por esta razón el primer beneficio que aporta la nieve es hidratación. La tierra absorbe el agua lentamente actuando como reserva para los meses más secos.
En segundo lugar, la nieve actúa como insecticida, eliminando esporas de hongos y plagas que no soportan las bajas temperaturas, desinfectando y limpiando la madera de forma natural.
Otro beneficio de la nieve a priori, es el de cicatrizante sobre la poda de la vid, ya que ayuda a sanar y cerrar las heridas, impidiendo así que puedan entrar en las plantas agentes patógenos causantes de enfermedades. Pero esto tiene una doble lectura, ya que si las heladas persisten tras la poda, impedirán que estos cortes se cierren correctamente exponiendo a la planta a cualquier contaminación.
En condiciones normales, al menos por nuestra zona, no tendríamos que hacer ningún comentario negativo a las nevadas, pero este año nos encontramos ante una situación totalmente excepcional. Hemos tenido una nevada muy copiosa, alcanzando en muchos sitios los 80 cm de espesor, lo que puede suponer que la acumulación de nieve pueda romper los tallos de las vides. También estamos sufriendo una bajada importante de las temperaturas, y aunque la vid resiste bien las heladas de invierno, las yemas dormidas son los primeros órganos afectados a temperaturas de -10º a -15º C con permanencia de 8 a 6 horas respectivamente.
¡Nos toca esperar!
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