La mujer detrás de «Mariscal»

 Nuestra parte favorita es el reto de conseguir todos los años unas elaboraciones muy artesanales, cuidando la uva desde el viñedo hasta su entrada a la bodega y posteriormente consiguiendo con ello unos vinos de excelente calidad. Conseguir este objetivo nos hace enfrentarnos todos los días a nuevos desafíos y podemos aplicar todo lo que hemos aprendido de nuestro padre, de Vicente, de Manolo, de Rafa y de la experiencia personal, y es una sensación increíble tener algo nuevo todos los días

La bodega es nuestro hábitat natural. Hemos crecido con una fuerte vinculación hacia ella. Tenemos grandes recuerdos de recorrer los viñedos con nuestro padre, vigilando las distintas etapas del ciclo de la vid, desde la poda hasta la brotación y la maduración de la uva para elegir el momento idóneo del comienzo de la vendimia. Y eso mismo estamos transmitiendo a nuestros hijos. No se trata de ser hombre o mujer, se trata de amar esta profesión, seas lo que seas, que tiene momentos muy buenos y otros no tanto.