Si observas a un catador veterano seguramente el proceso te parecerá sencillo: mira, olfatea, degusta, escupe, toma algunas notas y pasa al vino siguiente. Esta técnica se adquiere con el tiempo, al igual que todos los trucos que hacen más fácil el análisis.
Las etapas de la cata son las siguientes:
- Inclina la copa hasta que quede casi en posición horizontal. Esto te permitirá examinar el color, así como la anchura y los matices del borde.
- Sujeta la copa por el fuste o por el pie, entre el pulgar y el índice, a fin de ver claramente el vino. Haz la primera tentativa de olerlo antes de hacerlo girar.
- Gira el vino en la copa suavemente en sentido inverso a las agujas del reloj.
- La apariencia y el olor constituyen dos de los principales indicios para determinar la calidad potencial del vino. Examina la capa e inhala el aroma.
- Examina las “lágrimas”:¿son espesas o delgadas?, ¿descienden lenta o rápidamente por las paredes interiores de la copa?. Aspira el vino alternando inhalaciones cortas y profundas, suaves e insistentes. Concentra tu atención en los olores y en lo que estos te evocan.
- Prueba el vino reteniendo en la boca un sorbo razonable; “mastícalo” unos segundos y, después, entreabre los labios y aspira levemente para airear el vino.
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