Quizá la estancia más conocida por su vistosidad y espectacular disposición es el cocedero o sala de fermentación, donde el mosto se transforma en vino y donde se separan, mediante los trasiegos necesarios, las lías o fangos que se juntan en el fondo de los depósitos. En nuestra Bodega, la fermentación se realiza en grandes tinajas de hormigón armado construidas especialmente para tal fin.
La fermentación tumultuosa dura unos días, haciéndose entonces el primer trasiego para que no haya excesivo contacto de los vinos y los fangos. La fermentación lenta continúa durante todo el invierno en la bodega para que terminen de obtenerse los vinos de rama de buena calidad. En la sala de fermentación es imprescindible una buena aireación para evitar que la atmósfera se enrarezca y provoque la asfixia por emanación de los gases que produce la fermentación.
La Bodega tiene que tener una temperatura regular de unos 18ºC de media durante todo el otoño, con un lógico decrecimiento a lo largo de la estación. En general, es febrero el mes que incide en el trasiego necesario del vino a depósitos de conservación o a su embotellado, venta o consumo final.
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