La cocina de autor no tiene una filosofía propia, sino que bebe en las fuentes de varias inspiraciones que van desde la nouvelle cuisine a la cocina de fusión, que no es otra más que una enorme mezcla de estilos propios surgida de la convergencia de emigrantes de diversos orígenes en lugares como Australia o Perú, entre otros. Y es que la cocina de autor debe ser considerada aquella que va más allá de una comida al uso y supone todo un ritual desde que el comensal llega al restaurante hasta que sale de él.
Pero la cocina de autor suele chocar frontalmente con el concepto de vino de autor, que alude a aquellos vinos que han supuesto una revolución en sí mismos, ya sea por la forma de elaborarlo, por las variedades empleadas en ello, por el terruño del que procede, por las características de la vendimia o por la mezcla de todo ello. En muchas ocasiones, cocina de autor y vino de autor pueden ser hasta conceptos antagónicos a la hora de armonizar, ya que ambos tienen unas cualidades muy marcadas, mucha personalidad y eso puede convertirse en una explosión de positividad o todo lo contrario.
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