Se dice que fueron los celtas quienes empezaron a utilizar la madera para construir barricas, pero los primeros maestros de la tonelería conocidos son los galos, que las utilizaron para almacenar su peculiar cerveza…¡y como arma contra el Imperio Romano!. Aquel pueblo indómito se defendió de su invasión disparando barriles en llamas.
A lo largo de la Historia se han escogido distintas maderas para construir barricas: acacia, fresno, eucalipto, haya, chopo, pino..pero el castaño y el roble se impusieron como las variedades más utilizadas por motivos en absoluto fortuitos. Eran las únicas capaces de modificar favorablemente los caracteres gustativos y olfativos de los diversos vinos y aguardientes. Y especialmente el roble, que tiene gran facilidad para curvarse bajo la acción del calor, una excelente porosidad, la posibilidad de formar en su tostado moléculas aromáticas, cierta ligereza y una gran resistencia al ataque de los microorganismos.
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