La brotación de la vid inicia en primavera con el aumento de las temperaturas y según la insolación y la cantidad de agua disponible.
La actividad comienza por la raíz, movilizando las reservas de savia elaborada que se habían acumulado en la planta. Dicha savia, primero va hacia los conos vegetativos de las yemas y va ascendiendo hasta llegar a todo el nudo y el entrenudo. En ese momento la yema empieza a hincharse y a pasar por diferentes estados fenológicos, es decir, de apariencia y desarrollo. Las yemas de la planta no brotan todas a la vez, sino que existe el fenómeno denominado acrotonía de modo que las que primero brotan son las de rango más alto en varas y pulgares, es decir, las que se encuentran más arriba. La fecha de brotación se define cuando la mitad de las yemas francas y latentes han abierto. El inicio depende, además de la temperatura, de las especies y las variedades, de modo que se considera que normalmente brotan antes las vides americanas, en clima meridional (sur), cuando el invierno ha sido seco y crudo, y las cepas jóvenes.
Tendrán brotación tardía las cepas vigorosas, viejas y debilitadas por diferentes factores (poda tardía, pedrisco, enfermedades, carga excesiva…) y en clima continental y septentrional (norte). Esto es importante si nos encontramos en zonas con riesgo de heladas primaverales.
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