En los próximos días, haremos un breve repaso por las variedades de uva admitidas en nuestra D.O. Mondéjar.
Empezaremos por las variedades de uva tinta. La principal es la Tempranillo. Se trata de la variedad tinta española de mayor calidad y fama mundial. Es originaria de la parte alta del rio Ebro, en la zona comprendida entre la Rioja y Navarra, aunque algunos ampelógrafos presentan la hipótesis de su origen francés.
En España se cultiva en todas las comarcas vitícolas, destacando por su superficie las Comunidades Autónomas de La Rioja, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Navarra, Extremadura, Aragón, Cataluña, Valencia y Murcia.
La planta es de brotación y maduración temprana, con racimos compactos de tamaño mediano, de forma cilíndrica con alas y bayas esféricas de color azul negro. Precisamente el nombre de Tempranillo procede de su maduración temprana, produciendo cuando está bien cultivada, unos vinos tintos de importante carga polifenólica y un inconfundible aroma, siendo muy adecuados para su crianza. Las técnicas de cultivo, en terrenos adecuados, con producciones razonables, que no sobrepasen los 6500 kg/ha, equivalentes a unos 45 Hl/ha, y la elección del clon adecuado, con racimos y bayas de pequeño tamaño, son claves para obtener un excelente vino tinto. Los vinos jóvenes poseen un inconfundible aroma a frutos negros y rojos: moras, frambuesa y guindas, acompañados de un característico sabor a regaliz, que evolucionan con el tiempo hacia matices más especiados.
Con la Tempranillo se elaboran excelentes vinos de maceración carbónica, así como también vinos jóvenes, crianza y reserva, según los tiempos de envejecimiento establecidos por la legislación española. Cuando las producciones son excesivas, esta variedad manifiesta una sorprendente debilidad, produciendo vinos bajos de color y muy poco estructurados, únicamente aptos para destinarse a su consumo como vinos jóvenes y siendo por lo tanto inadecuados para crianza.
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